Miss Merrimac and the Monitor (Miss Merrimac y el Monitor), 2001
Instalación de recortes de papel y proyección sobre pared
Colección Deutsche Bank
Los recortes en papel, proyecciones, dibujos, collages e instalaciones cinematográficas
de Kara Walker nos hablan siempre con escandaloso detalle de racismo, opresión
o violencia sexual. En un espacio exiguo se infligen heridas, se mutila,
viola, estrangula, dispara y copula. Mujeres y niños negros padecen humillaciones
por parte de blancos en el papel de propietarios de esclavos, señores coloniales
o soldados. No es sin embargo extraño que las víctimas aparezcan también
como culpables, enredadas en un juego de humillación y dominio.
Miss Merrimac and the Monitor muestra un pequeño fragmento de ese mundo. Sobre una de las paredes de la exposición se proyecta la silueta de una figura femenina de gran tamaño que se arrastra por el suelo vestida con traje antiguo y llevando una espada en la mano. Por encima de su cuerpo flotan dos formas abstractas. Dentro de ellas hay cuatro pequeñas siluetas en papel negro pegadas directamente a la pared de la sala: un joven negro, un blanco panzudo y sentado con aire autoritario en un sillón a la manera de los dominadores coloniales, una portadora de antorcha lanzada con paso aguerrido hacia delante, y una versión reducida de la figura de la mujer armada. Hombres y mujeres negros son los tristes protagonistas de la acción, portan armas, son amenazados o huyen perseguidos. El título es un tanto enigmático y alude a una famosa batalla naval que tuvo lugar durante la Guerra Civil americana en la desembocadura del río James, en los Hampton Roads de Virginia (1862), cuando se enfrentaron dos buques acorazados, el Merrimac y el Monitor.
Los relatos históricos de la época de la esclavitud y la discriminación
racial proporcionan a Walker tantas ideas como los mitos, las leyendas o
las propias experiencias personales. En lo formal vuelve al empleo de la
silueta, un medio precinematográfico utilizado en el siglo XVIII para el
retrato burgués, o a los conflictos raciales que alcanzaron su culminación
en la Guerra Civil. Los modelos para sus figuras los tomó la artista de
los minstrel shows y blackface shows, muy populares por aquella
misma época, un tipo de espectáculo de cabaret donde actores blancos parodiaban
a los negros como seres tontos y taimados. La conjunción de ambos medios
de representación permite a Walker plantear de forma altamente estética
las aberraciones de unos prejuicios raciales hondamente enraizados.
Kara Walker (1969), vive en Nueva York.
learn.walkerart.org/karawalker
Exposición: Artistas
Cuenta con el patrocinio de Pro Helvetia
MÁQUINAS DE MIRAR. O cómo se originan las imágenes
es una exposición que se enmarca en el proyecto Tácticas
visuales / Visual Tactics y cuenta con el patrocinio del programa
Cultura de la Comisión Europea.