Vibración, 1967.
Plexiglas, serigrafía, 28 x 42 x 8 cm.
Cortesía Galería Denise René,
París
Radicado en París desde 1950 hasta su muerte en 2005, Jesús Soto
se interesa ya desde sus comienzos en esta ciudad por las relaciones de
los materiales con el espacio y el movimiento y, al igual que Le Parc, rechaza
la obra definitiva, fija e inmutable de la pintura gestual que por aquel
momento se daba en París. Más bien su referencia hay que buscarla en los
constructivistas rusos, especialmente en N. Gabo, V. Tatlin, Moholy-Nagy
o N. Pevsner quienes habían empleado ya a principios del siglo XX los materiales
extra pictóricos que utilizaría posteriormente Jesús Soto, tales como metal,
alambre y plexiglás, éste último usado en algunas obras de su amplia serie
Vibraciones, de la cual se presenta un pequeño ejemplo.
Tomando un plano de superficie rayada uniformemente, Soto superpone otra superficie de plexiglas rayada aleatoriamente produciéndose diferentes intersecciones, planos y volúmenes vibratorios, en complicidad con el desplazamiento del espectador.
"Hoy, como ayer, mi arte permanecerá ligado a la aleatoria, guardándose
de querer expresar lo definitivo, lo inmutable. Pues yo nunca he buscado
mostrar la realidad fijada en un instante determinado sino al contrario,
revelar el cambio universal cuya temporalidad e infinitud son valores constitutivos.
El universo para mí es aleatorio. Mi obra también lo es".
Jesús Rafael Soto (1923-2005)
Cuenta con el patrocinio de Pro Helvetia
MÁQUINAS DE MIRAR. O cómo se originan las imágenes
es una exposición que se enmarca en el proyecto Tácticas
visuales / Visual Tactics y cuenta con el patrocinio del programa
Cultura de la Comisión Europea.