Fecha: 21 y 22 de febrero de 2007
Horario: De 17:00 a 21:00 h.
Lugar: Facultad de Comunicación (Universidad de Sevilla),
C/ Américo Vespucio, s/n. Sevilla - 41092
Entrada libre hasta completar aforo.
Inscripción (sólo interesados en obtener un crédito universitario):
Hasta 19 de febrero (más información en el folleto
que se adjunta en pdf)
Contacto: educ.caac@juntadeandalucia.es
/ Tlf: 955037086
Henri Michaux (1899-1984) fue ante todo un infatigable buscador.
Viajero impenitente, recorrió Turquía, India, China, Japón, Malasia,
Indonesia y el Amazonas, como si buscara exponerse a otras culturas
antes que acomodarse en la propia. Pero el viaje que más le apasionó
fue el que ahonda en el propio interior. Por eso comenzó a escribir:
una escritura que evita los lugares rillados que más que esclarecer,
enmascaran, en la que domina el ritmo y de la que no está ausente
el humor. Se aparta de los surrealistas porque a su juicio dependen
demasiado de la palabra y escriben vinculándose a un sistema.
Llega aún más lejos: la escritura le
parece insuficiente y comienza a pintar. Así, dice, renuncia a una
parte de la cabeza, la habladora, y escucha a esa otra parte que
se expresa con el gesto. Emplea materiales muy tenues, la acuarela
o la tinta, y trabaja a partir de manchas que se convierten en cabezas,
en breves figuras agitadas o en enigmáticos paisajes. Más que pintor
parece espectador de la pintura que brota de él mismo.
Quiere llegar más hondo y se somete
a sesiones de alucinógenos, la mezcalina, sustancia activa del peyote.
Lo que vive en esos trances lo lleva al papel, a la escritura y
a la pintura. Intenta transferirlo al cine, pero el filme, realizado
por Duvivier, no le convence. No es incapacidad del realizador,
sino que el tiempo de la alucinación desborda al cinematográfico:
"todas las secuencias juntas, escribe, deberían caber en cincuenta
segundos".
Más tarde, acabadas ya estas experiencias,
su pintura se llena de los ritmos más intensos: algunos la han comparado
a la agitación de una multitud. Pero la forma es lo que menos le
interesa: su aspiración es llegar al nacimiento de sus emociones,
a sus alternancias, a las divisiones que producen en su propio interior.
Entre sus viajes se cuenta también Andalucía.
La visita con Jorge Camacho, pintor cubano, que vive entre París
y Almonte. Juntos recorren el Coto de Doñana, Granada, Almería.
Michaux tiene otra relación con Andalucía: a fines de los años cincuenta
jóvenes pintores andaluces se trasladan a París, entonces en el
ocaso de su capitalidad artística, y allí conocen su obra que sobre
alguno de ellos, como Luis Gordillo, ejerce cierta influencia.
Michaux fue un artista múltiple. Quizá
porque no ejerció de artista. El arte le interesó porque enseñaba
a vivir sin tapujos ni reservas.
PROGRAMA
- Miércoles,
21 de febrero:
· 17:00 h. Juan Manuel Bonet: Mapa del país de
Henri Michaux.
· 19:00 h. Jorge Camacho: Mis encuentros con
Michaux en Andalucía.
- Jueves,
22 de febrero:
· 17:00 h. Luis Gordillo y Juan Bosco: París
e informalismos, 1958.
· 19:00 h. Chantal Maillard: Redadas interiores.
Una lectura.
FOLLETO INFORMATIVO:
[ARCHIVO PDF: 492kb]

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