VIVIR EN SEVILLA.
CONSTRUCCIONES VISUALES, FLAMENCO Y CULTURA DE MASAS DESDE 1966

Fecha: Del 20 de Enero al 27 de Marzo de 2005

En la construcción de la historia artística oficial se le ha prestado escasa atención a una serie de producciones estéticas que se realizaron en Andalucía desde mediados de los años 60 y que estaban influidas tanto por el discurso de las vanguardias y del movimiento contra-cultural anglosajón y los sucesos del mayo francés, como por manifestaciones culturales populares: los toros, las fiestas civiles y religiosas y, sobre todo, el flamenco. La exposición Vivir en Sevilla. Construcciones visuales en torno al flamenco -vanguardias y tradición-, trata de acercarse a esa producciones estéticas desde un enfoque abierto y multidisciplinar, enmarcándolas en el contexto generacional en el que se desarrollaron.

No es, por tanto, una exposición de objetos artísticos al uso, sino un intento de reconstrucción teórica y escenográfica de un fenómeno clave (coetáneo al Tropicalismo brasileño, a la Funkculture de los afro-norteamericanos) en la historia de la creatividad contemporánea andaluza. La identificación y análisis de su contexto generacional nos permite comprender aspectos cruciales de la génesis y expansión de este fenómeno que alcanzó su momento culminante en los años 70. En este sentido, no hay que olvidar que en Andalucía, en los años previos a la llegada de la democracia, una de las principales vías de entrada de la cultura pop (y muy especialmente de la música rock) fueron las bases militares estadounidense de Rota y Morón, así como los discos, películas, comics y libros que traían aquellos que habían viajado al extranjero (sobre todo a París).

Vivir en Sevilla pone en marcha un proceso de arqueología cultural para analizar el nacimiento, desarrollo y consolidación de una escena artística (ambiciosa, ingenua, impulsiva, vitalista, contradictoria, renovadora...) en la que se cruzaron una gran cantidad de aventuras estéticas (y biográficas) y que se puede considerar un claro precedente de la cultura del rollo progre en Barcelona y de la movida madrileña (un fenómeno socio-cultural que en cierta medida fue desarrollado por creadores andaluces y de otras regiones españolas periféricas que tuvieron que emigrar a la capital para poder desarrollar su potencial creativo). Y no conviene obviar que de esta escena surgió una estética que de forma directa o indirecta ha influido en la propuesta de creadores tan distintos como el grupo musical Mártires del Compás, el artista Federico Guzmán, el cineasta de origen argelino Tony Gatlif o las obras del colectivo La Fiambrera Obrera.

Vivir en Sevilla se organiza en tres apartados principales -música, cine y juego- y se estructura a través de un recorrido que comienza en los últimos años del franquismo (las piezas más antiguas datan de 1966) y llega hasta la consolidación de la democracia, pasando por el peaje -político y cultural- de la transición. A lo largo de este recorrido, se van apuntando las conexiones de estas producciones estéticas híbridas (a medio camino entre la cultura experimental y la cultura de masas) con el contexto simbólico e histórico en el que aparecieron y que les dio sentido.

De este modo, la recuperación de piezas claves de esa difusa y compleja escena artística -desde los dibujos originales de Máximo Moreno para el disco Hijos del agobio (de Triana) a los largometrajes de Gonzalo García Pelayo, pasando por los grabados de Paco Cuadrado para el lp Cantando a la libertad de Manuel Gerena o el material promocional que se sacó para el festival "Salta la Tapia" (celebrado en el antiguo hospital psiquiátrico de Miraflores de Sevilla)-, se contextualiza con la incorporación de obras representativas de la cultura experimental y underground española: películas experimentales de José Val del Omar o La Esmeralda, historia de una vida, de Joaquín Arbide; ejemplares del cómic El Rrollo enmascarado; dibujos de Luis Gordillo, Carlos Alcolea, Manolo Quejido, Chema Cobo o Guillermo Pérez Villalta; una reconstrucción de la instalación Mural para la escuela de Mudapelo de Gerardo Delgado;...


PARA RECIBIR MÁS INFORMACIÓN: educ.caac@juntadeandalucia.es


HOJA DE SALA: [ARCHIVO RTF: 22kb]


ACTIVIDADES

Ciclo de cine
INFLAMABLE SEGUNDO.
Cine, flamenco y cultura de masas después de la modernidad

Inflamable Segundo gira en torno a una serie producciones cinematográficas que realizaron, desde mediados de los años sesenta hasta mediados de la década de los ochenta, directores andaluces (o vinculados directamente a Andalucía) como Gonzalo García Pelayo, Fernando Ruiz de Vergara, Carlos Taillefer, Miguel Alcobendas, Joaquín Arbide, Pilar Távora, Juan Esteban Bollaín o José Manuel Calvo. Se trata de producciones muy diferentes entre sí -tanto desde un punto de vista narrativo y estilístico como en relación a los temas que abordan-, pero que tienen su sustrato común en lo popular andaluz.

El ciclo se articula en torno al filme Vivir en Sevilla (1978), en el que el polémico y polifacético Gonzalo García Pelayo mezcla historias de delincuencia juvenil y represión política con aventuras eróticas, divagaciones filosóficas, experimentos metacinematográficos y un acercamiento tanto al rock flamenco como al flamenco tradicional.

Dibujo de Toto Estirado para la película de Gonzalo García-Pelayo, "Vivir en Sevilla" (1978)

Cubierta Lp. TRIANA "Hijos del Agobio" sello Gong, 1976

Cubierta Lp. GOMA, 14 de abril sello gong, 1975

Cubierta Lp. AZAHAR. "Elixir" sello Gong, 1976

Cartel del festival "Salta la tapia", celebrado en el antiguo hospital psiquiátrico de Miraflores de Sevilla

Gonzalo García-Pelayo, "Vivir  en Sevilla",  1978, Largometraje  85'.

Gonzalo García-Pelayo, "Vivir  en Sevilla",  1978, Largometraje  85'.